La pequeña empresa es una gran responsabilidad, es tu creación, es el reflejo de tu carácter, de tus habilidades, de tu perseverancia y de tu pasión.
Anteriormente, habíamos analizado cómo iniciar una empresa, dividimos a este proceso en tres fases: Primer fase para emprender: Conócete a ti mismo, Ideas de negocio, segunda fase para emprender y Tu propio negocio, tercer fase para emprender. Una vez que la idea se ha cristalizado, analizaremos algunas de las problemáticas comunes que acompañan a la pequeña empresa que estamos formando.
Obstáculos en la pequeña empresa.
- La competencia. Ya había mencionado, sobre la importancia de realizar una evaluación, acerca de las empresas que estaban alrededor de nuestro local, con las preguntas ¿Alguien vende u ofrece el producto o servicio que voy a comercializar? ¿Qué es lo que ofrecen? ¿Cuál es el precio que manejan? ¿Qué diferencia existe entre mi producto o servicio que ofrezco, para que prefieran comprarme? ¿Cuánto tiempo tiene la empresa ofreciendo este producto o servicio?
Este es uno de los puntos más importantes, por los cuales la pequeña empresa no logra prosperar, ya que la competencia puede tener un muy buen servicio y si nosotros no ofrecemos algo nuevo o algo que sea más atractivo para satisfacer las necesidades del cliente, difícilmente podremos sobresalir.
- No conoce el mercado. La mayoría de las personas se dejan influir por las emociones, si al compadre, si al amigo, si al familiar le fue muy bien en un negocio ¿Por qué a nosotros no?
Este es uno de los errores más comunes, y de los cuales la mayoría se ha arrepentido, no conocen en lo que están invirtiendo y al final, no pueden hacer que su propio negocio prospere, por una simple cuestión… no tienen los conocimientos para hacerlo. A muchas personas les va bien en los negocios, pero es porque toda su vida se han dedicado a cierta actividad o porque se la pasaron estudiando mucho cómo funcionaba. No cometas este error.
- Financiamiento. La inversión inicial es muy importante en la pequeña empresa, obviamente mientras más esperes ganar, mayor será el riesgo. Pero te pregunto ¿Qué actividad en esta vida no conlleva un riesgo?
No se trata de ser rico para ser un emprendedor, cualquier persona que tenga fe y que crea en su proyecto, tiene la posibilidad de ser un empresario, pero ¿Qué precio estás dispuesto a pagar para que, la pequeña empresa que has formado triunfe? Nadie presta dinero a menos de que te conozca y tenga la certeza de que les vas a pagar. Así que busca con quién asociarte, no te quieras comer todo el pastel, ¡repártelo!
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